“América latina voz de libertad…”
En celebración del 20 aniversario del emblemático disco “América Va!” de la banda Seka, reunimos fotografías, afiches, historias de la época, ensayos nuevos, entrevistas y todo tipo de material inédito.
Este es nuestro intento no sólo de preservar este material si no también de recordar una época clave de la escena de rock costarricense, contada de primera mano por la gente que lo vivió.
También es una forma de entender el alcance y significado que tienen los los impulsos artísticos, por más inocentes y humildes que sean sus orígenes. La historia de bandas como Seka es la historia de muchos en Latinoamérica, de la vida dentro y fuera de las capitales, de cómo la mezcla de influencias nos fortalece y nos hace únicos.
Un recordatorio de que el futuro lo construimos hoy.
Bandcamp
Escucha la edición remasterizada de 20 aniversario
LA HISTORIA
ENSAYOS
“Cuando el mundo estalla” - Mario Zúñiga (Director de la Escuela de Antropología, UCR)
“La victoria es vivir” - Adriana Sanchez (Cocinera/Escritora)
“Siempre Va” - Nilson Oviedo (Sociólogo/músico)
“América Va” - Max Arce (Radio U/Exhum)
“El Otro Lado de la Tarima” - Esteban Chacón (Vendaval, Continental)
MATERIAL
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Turrialba
Inicios de los 90’s
Los primeros integrantes de Seka se conocen en el Instituto Clodomiro Picado Twight.
Esteban había aprendido a tocar guitarra en el tercer grado de la escuela por influencia de su padre (Integrante en su momento de la banda Los Sukias de Don Alfonso Quesada, una agrupación esencial del folclor nacional, representantes de la región del Valle del General).
“Verlo tocar guitarra me emocionó y me señaló lo que yo quería” cuenta Esteban. “Cuando me cambiaron de escuela inmediatamente me metí en la estudiantina. La maestra me preguntó qué quería y yo respondí que quería un grupo de rock. Ella en realidad me estaba preguntando cuál instrumento quería.”
Esa emoción vuelve a aparecer en tercer año del colegio un sábado a mediados de agosto del ‘91, cuando ve por primera vez a una banda de rock nacional en vivo, 50 al Norte de Bernal Villegas, en un galerón donde guardaban camiones, vagonetas y maquinaria de construcción. “Recuerdo no perderme ni un solo movimiento de la banda en el escenario. Quería saber cual era el misterio que unía a tres personas a tocar sin equivocaciones y al mismo tiempo.” Al año siguiente, José Capmany se presenta con su banda Café con Leche en las fiestas populares y dan un concierto subidos en el cajón de un tráiler. Ahí Esteban lo conoce y reafirma su necesidad de tener una banda de rock, fuera como fuera.
Motivado por estos encuentros, con 15 años se sube por primera vez a un escenario después de formar los Tiny Toons con un grupo de amigos para participar en un festival colegial. Este proyecto se acaba después de esa única presentación pero despierta el suficiente interés en su amigo Steven Quesada como para acercarse a Esteban.
Steven había descubierto su interés en la percusión desde pequeño por influencia de varios familiares, incluyendo a un tío que tocaba en la banda municipal de Turrialba. “Desde niño escuchaba rock y veía programas como Hola Juventud! Y con unos bolillos me imaginaba tocando con esas bandas. Las ganas me crecieron todavía más cuando vi a mis amigos tocando en el festival del colegio.”
Luego de varios meses de intentarlo, en una visita a San José, logra que su papá lo lleve a ver baterías y lo convence de comprar una batería para principiantes marca Juggs. “Me costó mucho convencerlos, mi papá me dijo que no muchas veces hasta que ese día fuimos a verla y supongo que le dio lastima y me la compró por 60 mil colones. La batería no tenía stand ni platillos, eso lo fuimos armando con cosas que ‘tomábamos prestadas’ del colegio” recuerda Steven.
Los primeros años ensayan “por juego” en la casa de Steven en San Rafael de Turrialba y hacia el ‘94 forman una banda por un par de meses para tocar en las elecciones del colegio. Esta versión suma a sus amigos Chino en el bajo, Germán en la voz y sería notable por ser el primer intento de integrar a Alejandro Imbach (en ese momento en segunda guitarra y posteriormente el bajista original de la banda).
Luego de esa experiencia pasajera deciden reducirse a un trío (lo que estaba de moda en la época gracias a bandas como Nirvana), reemplazan a Chino por José Quintero en el bajo y nombran a la incipiente banda Dulcinea. (Inspirados en el nombre de una ferretería en Cervantes de Cartago que quedaba frente a una de las paradas del bus de Turrialba en su ruta a San José).
Dulcinea tiene su primera presentación en un concurso de bandas en la Universidad Latina en San José. “Ellos eran un año mayor que yo y para ese tiempo salieron de quinto y se fueron para San José a la U. Yo estaba aún en mi época colegial entonces tampoco me les pegué tanto” explica Alejandro sobre su corta estadía en la banda en ese momento.
El, por su parte, había comenzado con la idea de tocar guitarra a los 14 y había entrado al año siguiente a estudiar guitarra en etapa básica en Turrialba. “Para esa época mi abuela nos mandó un regalo a todos los nietos. Recuerdo que recibí 15 mil colones, con eso y un pequeño ahorro, me alcanzó para ir a Bansbach en Novacentro y me compré una guitarra eléctrica negra marca Lazer y un ampli Peavey de 15 watts.” Esa misma guitarra fue utilizada por Esteban en toda la primera etapa de Seka.
“La verdad es que en Turrialba, en esos tiempos casi que a uno lo metían porque oía rock y tenía instrumento... Esos eran los requisitos” cuenta entre risas Alejandro.
San José
La generación del 95’
Mientras vivían en Turrialba, la banda apenas tenía una pequeña idea de la existencia de una escena de rock tico, gracias la visita de bandas como Inconsciente Colectivo, Histeria Rap e inclusive Calle Vieja, una banda local de rock clásico.
Naturalmente, si apenas sabían de estas bandas populares, desconocían del todo la existencia de la escena under de San José.
Esta escena capitalina, se había desconectado casi por completo de la influencia de bandas pioneras locales de los 60s y 70s; había crecido sin padres, fortalecida al principio por una pequeña escena de punk y ska en Hatillo integrada por bandas como Los Hijos de la Adversidad, Osmosis y El Bosque.
Jose Esquivel, líder de Solocarne y uno de los integrantes más emblemáticos de esa generación recuerda la rápidez con que creció la escena alternativa.
“Había algunos lugares donde normalmente se podía tocar como El Café de los Artistas, La Maga y El Pulpo en San Pedro pero en cuestión de un año ya se podía tocar en todo lado. Aparecieron Cus, El Tablado, Troy’s y al poco tiempo lugares como La Rana, Sand y la Bodega”.
En su primer concierto en la Universidad Latina, Dulcinea conoce a la banda Cool Mc Cool (una banda de covers liderada por Cristian Montero, luego de UFO) y se dan cuenta de que no están solos en sus gustos; les abre la mente a la idea de que había una movida de bandas jóvenes con sus mismas influencias e inquietudes.
Por medio de este encuentro con Montero, nuevos compañeros de universidad y nuevos amigos en la escena Herediana (Quintero estudiaba en la Universidad Nacional) comienzan a ir a conciertos y a conocer bandas como Niño Problema, Teatromocracia, Malditos de Verde, DBG, Diente Guapo y Las Tetas de Ofelia.
“Emocionalmente, comenzaba a vivir algo que nunca había vivido. Estar sentado una tarde de domingo en la Plaza de la Democracia con apenas 18 años, frente a La Rana, compartiendo con un grupo de amigos nuevos. Todos éramos de lugares diferentes pero hablábamos un mismo lenguaje, era una nueva familia” recuerda Esteban. Gracias a estas nuevas amistades, Dulcinea logra abrir algunos conciertos en la Rana, Cus y Pizza Valerios y comienzan a tomarse más en serio la idea de tener una banda y de la necesidad de tener música original.
Alejandro recuerda su segunda entrada a la banda. “Quintero que tenía más conexión con la movida herediana decide abandonar Dulcinea para formar una banda con Geovanny Durán (en ese momento de Niño Problema y años después de El Guato) que en teoría se iba a llamar “Los Estómagos”. Al fin de semana siguiente, Esteban y Steven vienen en bicicleta a mi casa a buscarme porque sabían que yo estudiaba guitarra clásica en la U y me proponen reemplazar a Quintero en el bajo. Eso fue en enero del ‘96 y yo acababa de llegar de unas vacaciones de verano en Argentina y venía super entusiasmado con discos de Dos Minutos y Todos Tus Muertos y por supuesto acepté. De hecho, le compré el mismo bajo a Quintero con el que tocaba en Dulcinea, le presté mi guitarra negra a Esteban y ahí fue cuando comenzamos a tocar los tres. Ese fue el inicio como tal de Seka”.
Poco después, Quintero se vuelve a unir a la banda, esta vez en percusión, utilizando un par de bongoes que alguien había comprado como souvenir en una visita a Cuba y ahora como cuarteto se hacen de la costumbre de viajar desde San José a Turrialba los fines de semana, luego de sus clases en la Universidad, para verse en la casa de los padres de Alejandro. Ahi comienzan a ensayar el grupo de canciones que eventualmente conformarían el disco America Va!. Con la entrada de Alejandro en enero del ‘96, inicia también los primeros cuestionamientos acerca de la posible dirección de la banda, adoptan el punk como bandera y dan un paso hacia los temas de corte social y político.
"América va! apareció en el año 2000, un año en que se registraron 149 canciones en la discoteca de Punto de Garaje. Como lo muestran los datos, este EP fue parte de un momento de expansión del rock subterráneo costarricense"
- "Cuando el mundo estalla" por Mario Zúñiga (Dir de la Escuela de Antropología, UCR)
"Cantaba como si no hubiera un mañana letras que sin un motivo aparente me parecían importantes, analizando en el tiempo creo tenía que ver con esa transición que estaba llevando en la vida,"
- "América Va" por Max Arce (Vendaval y Continental)
Primer concierto de la banda en las bodegas de Aragón.
Como era normal oirlos ensayando, poco a poco se va regando la voz localmente y los invitan (nadie tiene muy claro porque) a una actividad del Club de Leones de Turrialba en las bodegas de Aragón, el ingenio más importante de la zona. El debut de Seka se dá con sonido de discomóvil, un solo amplificador de 25 watts, una batería sin micrófonos y con platillos de banda estudiantil.
Durante esa época, la banda conoce a Roberto Ramirez por medio de un hermano de Alejandro y lo añaden como segundo percusionista.
“Los bongoes de Quintero no afinaban por que eran de mentira, no teniamos platos y yo no tenía ni para comprar cuerdas. Usabamos las botellas de cloro y detergente de la mamá de Alejandro para fabricar nuestras propias púas” recuerda Esteban.
Resistiremos y Venceremos
El disco inédito
Durante esos años, Radio U se convertía en el epicentro indiscutible de la música nacional. No solo eran prácticamente el único estudio asequible para que las bandas pudieran grabar pero también contaban con programas que ponían a sonar estos discos apenas salían, incluyéndolos en su programación y ofreciéndoles de paso una gran cobertura nacional.
Los programas más notables eran Zoom y Música de Garaje, dirigidos por Vladimir Monestel y Leo León, quien también era el ingeniero que grababa a todas las bandas. (Poco después los programas cambiarían de personal y de nombre y se convertiría en Exhum (ex-zoom) y en Punto de Garaje, lugar donde poco después Seka conoce a uno de los jóvenes presentadores y aun estudiante de la UCR, Joaquín Tapia, su actual bajista).
”Siempre rebeldes decidimos no formar parte de la camada de bandas que salía de Radio U” cuenta Esteban. ”Apareció un Salvadoreño-cubano, que vivió en Miami y que ahora residía en Costa Rica que nos ofreció su estudio (que era realmente un piso en construcción arriba de su casa). Lo que recuerdo ver eran era basura, tablas y un equipo de grabación muy antiguo de cinta abierta. Muy primitivo aun para la época.”
De hecho todas las cintas eran reutilizadas, algunas con grabaciones universitarias y anuncios para radio que había grabado el cubano. Estas grabaciones aparecían en medio de los silencios de las canciones que la banda grababa encima. “Cuando esperábamos un coro en ‘Grito de Patria’ en realidad lo que salía era un anuncio de Irex”.
Bajo esas condiciones acordaron grabar 12 temas por 80 mil colones que supuestamente formarían parte de un disco titulado “Resistiremos y Venceremos” sin embargo el proceso de grabación era nuevo para la banda y el ingeniero no contaba con el conocimiento o ganas de corregir los errores o aconsejarlos de alguna forma.
Como el cubano intentaba no borrar sus cintas y grabar las canciones de la banda en el espacio que tuvieran disponible, en mas de una ocasión los obligó a cortar el final de una canción antes de que la cinta se acabara.
“Llegábamos al solo o al coro final y en medio de la grabación se escuchaba a nuestro ‘ingeniero’ gritando ‘PARA PARA FLACO!!! CORTALA, CORTALA!!!’ y ahí se acababa la canción, aunque solo durara minuto y medio. De hecho, nos parecía extraño que cada noche nos pedía más dinero porque siempre decía que había que comprar más cinta y a la próxima sesión aparecía con las mismas cintas usadas”
La banda, que claramente entendía poco sobre el proceso de grabación, habían depositado toda su fé en el ingeniero (y el único adulto en el lugar) obtiene como resultado una grabación llena de errores e instrumentos desafinados que además tenía otro problema. “A la hora de pasarlo a CD, solo sonaba de un lado. Aún hoy me da una terrible vergüenza recordar como Alejandro y otros compas visitaban las radios a finales de los 90 's llevando esa grabación, tratando de que la pusieran” cuenta Esteban.
La experiencia es un golpe duro para el orgullo de la banda, pero al mismo tiempo les ayuda a ver la dedicación y entrega que se necesita para salir adelante.
"Quisiera decirle que ese sudor permanente en las manos, los nervios cuando le toca hablar en público, el pavor indescriptible al rechazo, el miedo ocasional a salir de la casa y esa voz que constantemente le repite que ella no es suficiente, vienen de un desorden de ansiedad generalizada al que también vamos a sobrevivir, porque eso somos, sobrevivientes."
- "La victoria es vivir" por Adriana Sanchez (Cocinera y Escritora)
"Hoy, veinte años después, pienso en ese primer disco, en ese primer momento; en esos tiempos de incertidumbre para una generación y para un continente entero en términos de nuestro pasado y nuestro presente."
- "El Otro Lado de la Tarima" por Esteban Chacón (Vendaval y Continental)
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América Va!
La grabación del disco
Inevitablemente, la banda comienza a frecuentar más y más los estudios de Radio U, ya sea para anunciar alguno de sus conciertos o para visitar a alguna banda amiga que estuviera grabando. En el estudio comienzan a forjar una amistad con Leo y él les muestra adelantos de discos como el “Hermanos” de ModSka y “Simples Frases” de Calle Dolores.
El 8 de febrero del ‘98, en el bus de vuelta luego de participar en el Festival Rock en la Playa en Tamarindo que había organizado Música de Garaje, toman la decisión de hablar con Leo para entrar a grabar.
Comienzan formalmente en Julio del ‘98 y la grabación se extiende por aproximadamente dos meses. Graban principalmente los fines de semana y a escondidas en las noches entre semana. Leo sabía que necesitaba flexibilidad de tiempo para que la banda pudiera tener el tiempo suficiente para lograr una grabación decente.
Consiguen equipo prestado de amigos como Jonathan Ulate de Tropa 56 (un amplificador Marshall) y hasta consiguen un set de percusión perteneciente a la orquesta de Kike de Heredia por medio de su amigo Erick Carvajal, que lo había conseguido en un trueque. “Siempre llegaba gente a la grabación, recuerdo que el percusionista de Raza Bronce nos ayudó a grabar porque Quintero solo había practicado con los bongoes de mentira. Adrián Poveda (guitarrista de Mod Ska en aquellos días), se dejaba caer siempre, sumaba consejos y se fijaba en detalles que muchas veces pasábamos por alto.” recuerdan.
"La portada ya era una bofetada de realidad, una mujer nicaragüense sosteniendo a su hijo en brazos, con un fusil al hombro"
- "Siempre Va" por Nilson Ovideo (Sociólogo y músico)
La historia detrás de las canciones
Esteban nos dá un recorrido pieza por pieza donde habla de influencias, anécdotas y recuerdos de esa época que lo motivaron a componer las canciones.
El crecimiento musical de la banda para ese momento, estaba moldeado por dos vertientes; el rock y la música latinoamericana. La música cubana en especial era para ellos un referente muy poderoso, tanto por el ejemplo revolucionario como por la gran cantidad de material que se conseguía. “Yo tenia una grabación supuestamente inédita de Silvio Rodríguez, que tiempo después fuimos conociendo cómo el Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC. Había una canción se llamaba Cuba Vá!, que era un canto de esperanza de amor y de lucha que significó mucho para nosotros” recuerda Esteban.
La canción grabada en el año 1971, destacaba por utilizar un estilo rock poco frecuente en los cantautores de esa época. Para grabar la canción tuvieron que hacer frente a una serie de dificultades técnicas debido a la falta de materiales, al punto que Eduardo Ramos hubo de sustituir las cuerdas de su bajo eléctrico, que se habían roto, por cables telefónicos que le prestó un trabajador del ICAIC.
Esteban recuerda. “Cuando escribí la canción, le sumé una estrofa de una canción de folclor nicaragüense de compositor desconocido y el resultado era un canto que me significaba un gran abrazo a toda América Latina.” Casi inconscientemente, la banda se identifica desde sus orígenes con la gran experiencia latinoamericana tanto social como musical y el nombre del disco termina siendo una especie de catalizador para escoger la dirección. ”Nuestra canción ni siquiera tenía título y tampoco tenía un coro que lo mencionara específicamente, pero tenia ese sentimiento atrás, de una América que vá hacia un futuro mejor”.
José Quintero
11 de Octubre de 1977 - 20 de enero del 2015
José Antonio Quintero Gutiérrez fue un buen amigo y uno de los miembros originales de la banda.
Nace en Heredia pero a los dos años se muda con su familia a Turrialba por razones laborales. Cursó la primaria en la Escuela Jenaro Bonilla y la secundaria en el Colegio Doctor Clodomiro Picado.
Estudió geología y teatro en la Universidad Nacional. Graduado del Conservatorio El Barco (Taller Nacional de Danza). Miembro Fundador del Grupo de Teatro Gestus y miembro del grupo de Danza Cuatro Pelos/Los Denmedium. Fue encargado de las artes escénicas y actor en INBIO PARQUE donde su personaje “Don Teo” era muy querido entre los visitantes. También fue instructor de yoga para adultos mayores en la CCSS y
poeta, entre su trabajo más destacado está “Los Muertos”.
Su espíritu artístico y su fuerza indomable sigue alimentando la llama de Seka.
América Va (Versión de 20 Aniversario)
Edición remasterizada que incluye por primera vez los demos “Resistiremos y Venceremos”